3 de Octubre 2022 por Daniel Jorge

Tras las huellas de Sven Hedin en Estocolmo

A principios del mes pasado estuve en Estocolmo, haciendo una especie de peregrinaje. La traducción de Mi vida como explorador resultó más exigente de lo que había estimado. Me encontré cotejando varios libros originales en los que Mi vida como explorador está basado. Durante este proceso también incrementó el tamaño de mi humilde biblioteca en un par de ejemplares más. Además, estaba especialmente interesado en hacerme con el primer libro que Hedin publicó en 1887: Genom Persien, Mesopotamien och Kaukasien; el cual no era tan fácil de conseguir.

Así que preparé un viaje para recorrer Estocolmo y buscar el susodicho ejemplar; además de visitar algunos museos que exhiben material que perteneció u obtuvo Hedin durante sus expediciones.

Un recorrido por Estocolmo

La mayor parte de los objetos asociados con Hedin fueron a parar al Museo Etnográfico de Estocolmo (Etnografiska museet); y muchos de ellos no están expuestos al público. En este museo podemos contemplar unos cuantos utensilios y herramientas utilizados en su última gran expedición (1927-1935), diferentes ídolos tibetanos e incluso una rueda de plegaria. Aunque lo más extraño de todo es la estatua de cera de Sven Hedin. También cabe destacar la biblioteca del museo, cuya colección alcanza los 45.000 títulos, y está especializada en Antropología, Etnografía y Arqueología. El acceso a la biblioteca sólo está permitido bajo cita previa, y dentro de esta alojan hasta 53 obras escritas por Hedin o asociadas con él. Fue además en este museo donde me hice con una copia de Sven Hedin as artist. Un libro que recoge cientos de ilustraciones realizadas por Hedin a lo largo de su vida. Fue originalmente publicado en 1964 para conmemorar el centenario de Hedin, pero por lo que se ve, sigue estando en venta. Mi siguiente parada fue el Museo de Antigüedades del Lejano Oriente (Östasiatiska museet). Este museo, que está dividido en tres plantas, está dedicado a las culturas china, coreana y japonesa. Se pueden contemplar una gran variedad de cerámica, porcelana, estatuas y pinturas. Unas de las esculturas más espectaculares son el trío de Rig Sum Gonpo (o los Señores de las Tres Familias). Según la nota del museo, Hedin se encontró con ellas en un monasterio abandonado de Mongolia Interior durante su última expedición (año 1930). Compró las estatuas, hizo que las limpiaran, y fueron enviadas posteriormente a Suecia. Solo me falta nombrar el Museo de Historia Natural (Naturhistoriska riksmuseet). En Mi vida como explorador, Hedin habla de esqueletos de camellos salvajes o pieles de tigre que se llevó consigo a Estocolmo. Aunque no pude encontrar nada de esto, si que dí con una pequeña exposición de fósiles vegetales que recolectó también durante su última expedición.

Búsqueda en librerias anticuarias

En Estocolmo podemos encontrar muchas librerías anticuarias de gran calidad. No es difícil dar con ellas a poco que uno pasee por la ciudad. En general, aunque naturalmente la mayor parte de los libros a la venta están escritos en sueco, hay bastantes libros en inglés también. Como ya expliqué, durante mi estancia también estuvo buscando Genom Persien. Mi primer punto de contacto fue August Antikvariat, una pequeña pero bien surtida librería en la calle comercial de Drottninggatan. Aunque no tenían ese libro, tenían otros títulos de Hedin bastante interesantes por lo bien conversados que estaban. August Antikvariat no tiene su catálogo publicado en Internet, así que es recomendable enviar un correo si estás buscando algo específico. Después de August me dirigí a Rönnells Antikvariat, una librería de mayor tamaño. En Rönnells tenían en una estantería dedicada a Hedin, pero tampoco tenían el ejemplar que estaba buscando. Sin embargo, muy amablemente me indicaron que en otra librería anticuaria; literalmente a tres manzanas de distancia, podría tener el libro. Hállens Antikvariat es otra de esas librerías pequeñas que ni siquiera tiene página web. Finalmente tuve éxito y conseguí comprar el libro. El recorrido que he descrito por las librerías se puede hacer prácticamente a pie. Personalmente, Estocolmo me pareció una ciudad interesante para los bibliófilos.

Un saludo

Mi paseo finalizó con una visita al cementerio de la iglesia de Adolf Fredriks, lugar de reposo de Sven Hedin. Me aproximé a la tumba, incliné la cabeza como cuando se da un saludo, deteniéndome por unos pocos instantes, y proseguí con mi marcha. Este viaje me hizo reflexionar sobre lo mucho que le debo a Hedin en el plano personal. Pero esta es una historia para otro artículo. Fue una gran sensación ver objetos que formaron parte de sus expediciones, y caminar por las calles y parques que Hedin frecuentó en vida. Sin duda, una experiencia que volvería a repetir.