25 de Marzo 2025 por Daniel Jorge
Louisa Wilkins y su viaje a Baghdad

En 1908, la agrónoma británica Louisa Wilkins decidió, junto con una amiga, explorar Asia Menor buscando una experiencia distinta, alejada de la planificación estricta del turismo convencional. Motivadas por el interés en religiones comparadas, trazaron un recorrido desde Constantinopla hacia el este, para atravesar montañas y desiertos, con el objetivo de alcanzar Damasco y Baghdad.
Louisa Wilkins (1873-1929) nació en una época en la que las mujeres exploradoras eran aún una novedad. Estudió agronomía en Newnham College, una institución para mujeres dentro de la Universidad de Cambridge. Tras graduarse, se dedicó a trabajar como administradora en la granja de un hermano. Wilkins también desarrolló un interés especial por los minifundios, llegando a publicar su primer libro, The Small Holdings of England (1907), sobre la materia.
Al año siguiente, se dispondría a completar un viaje hacia Oriente Próximo sin itinerario fijo, adoptando una filosofía de libertad y adaptación al lento ritmo del tiempo en el Este, opuesta al apremio occidental. A pesar de contratiempos como el hambre o la incomodidad, Wilkins consideró estas experiencias valiosas, pues la conectaban con las realidades fundamentales de la vida, frente a las comodidades modernas.
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Mapa de la ruta del viaje de Louisa Wilkins en 1908. Wikimedia commons. |
Tras concluir su periplo, Wilkins publicó el libro By Desert Ways to Baghdad donde plasmó sus testimonio de las experiencias vividas. Según el prólogo del libro, la propia Wilkins asegura:
El relato no pretende ser una guía detallada, sino transmitir las impresiones duraderas que el viaje dejó en mí. Los viajes lentos y sin propósito específico permiten absorber profundamente el espíritu de un lugar. Espero que el lector sienta, aunque sea tenuemente, la esencia de Oriente.
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By Desert Ways to Baghdad |
En la conclusión de By Desert Ways to Baghdad, la viajera describe la experiencia de dos personas al regresar de la vida en el desierto a la civilización, contrastando la simplicidad, libertad y conexión espiritual que sentían en la naturaleza con la artificialidad, las normas sociales y las trivialidades de la vida urbana. En el desierto, se sentían libres y cercanas a elementos esenciales como el sol, la luna y las estrellas, que ofrecían guía, belleza y una perspectiva más amplia de la existencia. En la ciudad, en cambio, se veían atrapadas por los artificios de la moda, las convenciones sociales y los espacios cerrados, que les resultaban desconectados de la naturaleza.
Wilkins reflexiona sobre cómo las personas en la civilización parecen dar demasiada importancia a lo superficial, mientras se alejan de las verdades simples y universales. Además, confiesa que se sentía incómoda con el regreso a un entorno donde lo esencial queda oculto bajo apariencias y convencionalismos.
La viajera británica concluye que, aunque ambas realidades se complementan como el sol y la luna, su conexión espiritual y apreciación de lo esencial eran más profundas en el desierto. La vida en la ciudad, aunque familiar, le llegó a parecer extraña y carente de sentido, como si estuviera desconectada de lo que realmente importa.
Si las palabras de Wilkins resuenan contigo, estás de enhorabuena. El libro By desert ways to Baghdad está disponible en formato electrónico y de manera gratuita en el sitio web Gutenberg.org.
Referencias
- Biografía de Louisa Wilkins en Wikipedia
- By desert ways to Baghdad (1908), disponible en Gutenberg.org
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