1 de Abril 2023 por Daniel Jorge
La llegada del té a Japón
Introducción
Hoy me salgo un poco de la temática habitual del blog, aunque nos mantenemos en Oriente. En este artículo hablaré de un viaje a Japón, pero esta vez no se trata de exploradores, sino de una bebida, el té. Al fin y al cabo, la literatura de viajes no solo se ha nutrido de ambiciones científicas.
Desde que Siddartha Gautama (o Buda), falleciera alrededor del siglo IV a.C., el budismo comenzó su inexorable camino hacia el este. A medida que la nueva filosofía ganó popularidad, la sed de conocimiento de sus adeptos en China estimuló a varios monjes a iniciar una peregrinación hacia la India para obtener textos con los que profundizar sus estudios.
Así fueron motivados notables viajeros como Faxian o Xuanzang, que dejaron tras de sí libros que hoy día son considerados clásicos de la literatura de viajes mundial.
Como sabemos, el budismo, en su camino hacia el este, no se detuvo en China. También alcanzó las islas japonesas. Del mismo modo, las ansias de los monjes budistas japoneses por adquirir textos y enseñanzas budistas fueron las que motivaron una afluencia de visitas a China. Pero además de libros, estos monjes trajeron consigo a Japón bastantes prácticas culturales chinas.
Monje viajero, cuadro del siglo X obtenido de las cuevas de Mogao, Dunhuang. |
Orígenes
Se cree que el primer contacto japonés con el té ocurrió en el siglo VIII, gracias a diversas misiones diplomáticas enviadas a Chang’an, antigua capital imperial de la dinastía Tang. Dichas misiones trajeron de vuelta a Japón conocimiento de la cultura china, como por ejemplo pinturas o literatura.
A principios del siglo IX, los monjes budistas Kukai y Saicho viajaron a China con el objetivo de estudiar los preceptos budistas chinos. Se cree que fueron los primeros individuos en traer semillas de té a Japón tras este viaje; aunque no hay pruebas definitivas que demuestren este hecho. Lo que sí parece ser evidente fue la creciente expansión del té como bebida consumida por monjes budistas, al ser usada en sus prácticas religiosas. Fuera de los círculos budistas, la infusión no había adquirido la popularidad que alcanzaría en el futuro.
Escultura de piedra del monje Kukai en Chikubu, Japón. Foto de Hyppolyte de Saint-Rambert. |
El té como bebida medicinal
El monje Myoan Eisai viajó a China dos veces, primero en 1168-1169 y otra vez, por una estancia más larga, en 1187-1191; aunque se cree que su intención era alcanzar la India en este segundo viaje. Trajo de vuelta a Japón semillas de té y un interés en el poder curativo del té como bebida. En 1211 publicó la primera edición del que es considerado el primer tratado japonés sobre el té: Kissa Yōjōki, que se podría traducir como «Un informe acerca de la bebida de té para preservar la vida». Este título podría inducirnos a pensar que el texto está principalmente dedicado al té como bebida dietética. Lejos de eso, el té no es sino una de las muchas sustancias y técnicas presentadas en el libro.
La característica más llamativa de Kissa Yōjōki es que se trata de un trabajo que pretende aunar una mercancía (el té), una teoría (dietética) y un sistema esotérico (la compleja interacción entre sabores, órganos, mantras y mandalas) como puente entre las culturas de China y Japón.
Hay muchos razonamientos expuestos en el Kissa Yōjōki. Por ejemplo, Eisai especifica diversos vectores de enfermedades. También expone un testimonio de cómo funciona el té como medicina.
Kissa Yōjōki es un texto único que representa un desafío para nuestra comprensión; es un libro que está en la intersección de la dietética, la filosofía budista y la cultura del té.
Una copia del Kissa Yōjōki. |
Cualesquiera que sean las ideas que Eisai estaba intentando importar en su país, parece evidente que no se trataba del té como mera bebida para poetas y académicos; así como tampoco una ayuda a la meditación. Era algo más bien con aplicaciones prácticas para ayudar a aquellos que sufrieran de enfermedades demoníacas, por otro lado comunes en la época.
Eisei pudo demostrar los poderes curativos del té cuando el shogun Minamoto no Sanemoto cayó enfermo en 1214. Hecho que fue clave en la introducción del té dentro de la clase samurai. Eisai presentó el texto de Kissa Yōjōki a Minamoto no Sanemoto, que padecía de resaca por beber sake en exceso. A partir de ahí el shogun desarrolló el hábito de tomar té y poco a poco la bebida fue haciéndose popular entre la clase alta de Japón.
La aceptación del té como bebida en Japón fue total, produciendo todo un abanico de motivos culturales que van desde la conocida ceremonia japonesa del té como la producción de cerámica. Pero esa es otra historia.
Referencias
Para saber más sobre los orígenes del budismo y su expansión en Asia puedes consultar The Way of Zen, 1957, Alan Watts. Tea in China (2015) es un ensayo del profesor canadiense James Benn sobre la interacción entre la religión y el té en China. Contiene un capítulo dedicado al Kissa Yōjōki de donde he obtenido la mayor parte de la información sobre el libro.
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