8 de Junio 2023 por Daniel Jorge

La leyenda de Jainadar

blog-feature-image
Introducción

En Mi vida como explorador, Sven Hedin relata sus dos intentos fallidos de alcanzar la cima del Muztagh Ata, o «Padre de las montañas de hielo», un pico de 7.500 metros de altitud que se encuentra en la cordillera de Kunlun.

Su equipo se componía de varios guías kirguises que le contaron varias leyendas sobre la montaña. Hedin escribió:

Se cree que es un gigantesco masar, o tumba de un santo, donde descansan Moisés y Alí. Hace algunos cientos de años, un sabio anciano escaló la montaña. Encontró en su cumbre un lago y un río, en la orilla del cual pastaba un camello blanco. Hombres venerables, vestidos de blanco, paseaban en un jardín de ciruelos. El sabio comió del fruto, ante lo cual uno de los ancianos se acercó y lo felicitó por no haber despreciado el fruto; porque de lo contrario habría tenido que permanecer allí para siempre, como los demás. Entonces un jinete sobre un caballo blanco lo subió a la silla de montar y se tiró con él por el precipicio.

Además, menciona otra leyenda que dice que en la cima del Muztagh Ata existe una ciudad, llamada Janaidar, cuyos habitantes son absolutamente felices, y no conocen ni el frío, ni el sufrimiento, ni la muerte.

Seguramente alguien que lea estas líneas haga la conexión con la mítica ciudad de Shangri-La; de la novela Horizontes Perdidos de James Hilton. Ese lugar paradisíaco en alguna parte del Tíbet donde la gente era feliz y disfrutaba del don de la inmortalidad. ¿Existe realmente esta conexión?

En efecto, James Hilton situó Shangri-La en la cordillera de Kunlun. De un modo similar al reino de Shambhala de la mitología tibetana, el propósito de Shangri-La era el de preservar los más altos tesoros espirituales y culturales de la humanidad para el futuro de la humanidad.

vista-aérea-muztagh-ata
Vista aérea del Muztagh Ata. Getty Images.
Origen de la leyenda de Janaidar

La leyenda cuenta que Janaidar fue construida en la cima del Muztagh Ata hace miles de años, cuando en la Tierra reinaba la paz y la felicidad. Cuando surgió el conflicto y la miseria en los territorios circundantes, los habitantes de Janaidar abandonaron todo contacto con el resto de la civilización. Así consiguieron preservar para sí la paz y la felicidad que la humanidad conoció al principio de la Creación. Deliciosos frutos de todos los tipos crecían alrededor del año, las flores no se marchitaban y la muerte, el frío y la oscuridad habían desaparecido por completo.

Según una antigua leyenda china, encaramado en una montaña mítica que se eleva sobre las áridas alturas del Kunlun, se encuentra un magnífico palacio de jade rodeado de murallas de oro. Allí, entre jardines perfumados de pinos, reside la Reina Madre de Occidente, Xiwangmu, junto con los legendarios inmortales taoístas. El libro Clásico de las montañas y los mares (siglo IV a. C.) lo describe de la siguiente manera:

Allí existe el país de la satisfacción, que complace a su gente. En este lugar están los campos de la satisfacción. Los huevos de fénix son su alimento y el dulce rocío es su bebida; todo lo que desean está siempre allí.

Debajo del palacio crece un melocotonero cuyos frutos otorgan la inmortalidad. Cada 6.000 años, cuando el árbol da sus frutos, los inmortales se reúnen bajo el árbol para celebrar el cumpleaños de Xiwangmu.

Con la introducción del Budismo en esta región del oeste de China, en el siglo I d. C., la leyenda de Xiwangmu sufrió otra transformación. La montaña tomó la forma de un palacio con nueve plantas (en el budismo existen nueve estados de conciencia) y se lo identificó con Sumero, el pico en el centro del universo budista. Así fue como en este lejano lugar, desconocido tanto para chino como indios, fue señalado como el centro del universo y el paraíso de los inmortales.

El emperador chino Wu de Han, que estaba obsesionado con la inmortalidad, escaló la montaña sagrada de Tai Shan en busca de este secreto, y su biografía asegura que la mismísima Xiwangmu fue a su palacio para ofrecerle los melocotones de la longevidad.

Así pues, vemos como la leyenda que le fue contada a Hedin por los kirguises tiene su origen en mitos antiguos chinos que han ido mutando con el paso de los siglos.

Referencias

Sacred Mountains of the World (Segunda edición - 2022), Edward Bernbaum.

Lost Horizon (1933), James Hilton.

Comentarios

Todos los comentarios están sujetos a moderación.

Sé el primero en dejar un comentario.

¡Gracias!

Tu comentario ha sido enviado y será publicado en breve.

OK

Suscríbete a nuestro boletín mensual